Terapia Sexual

¿De qué consta la Terapia Sexual?

La terapia sexual consta de la unión de diferentes técnicas para intervenir cuando hay disfunciones (mal funcionamiento) en las conductas sexuales. Siempre y cuando el problema no tenga un origen físico, aunque también puede ayudar para complementar una intervención médica.
La sexualidad es un aspecto importante para todas las personas, cuando existen conflictos o no funciona como nos gustaría, genera mucha angustia y malestar a la persona que lo padece, además se ve agravado en muchas ocasiones con sentimientos de culpa y vergüenza por no saber cómo afrontar la situación.

Los problemas sexuales tratados mediante terapia sexual tienen un alto porcentaje de resultados positivos (por encima del 90%).

Causas principales

Los principales trastornos sexuales tienen que ver con la excitación, el deseo o el orgasmo.

La excitación:

Disfunción eréctil

– Hablamos de disfunción eréctil cuando el paciente no es incapaz de mantener una erección hasta el final de la actividad sexual.

Si el paciente consigue tener erecciones pero no puede mantenerlas durante toda la actividad sexual o las tiene estando sólo pero no en pareja, la intervención psicológica es apropiada para solucionar el problema (Un 80% de las impotencias masculinas se originan por cuestiones psicológicas).

Si el paciente nunca consigue tener una erección o durante mucho tiempo, es probable que se trate de un problema orgánico. En la mayoría de los casos, acudir al urólogo es la opción más aconsejable.

Trastorno de excitación en la mujer

– Se considera como resultado de una incapacidad persistente o recurrente para la obtención y mantenimiento de las respuestas de lubricación y tumescencia en la fase de excitación hasta la finalización de una actividad sexual. Rara vez se presenta este síntoma sólo,  suele venir acompañado también con trastornos del deseo u orgasmos.

El deseo:

– Cuando desparece el deseo sexual, estamos ante un trastorno por falta de deseo y cuando ésta es persistente, genera un malestar en la persona que lo sufre, afectando a sus relaciones interpersonales. Una incorrecta educación sexual, el estrés laboral y social, depresión y problemas de pareja suelen estar detrás de los principales trastornos de deseo.

Aversión al sexo

– El trastorno sexual por aversión al sexo puede ser permanente o durar un periodo de tiempo prolongado, los factores educacionales y antecedentes traumáticos suelen estar detrás, en la mayoría de ocasiones con los trastornos por aversión.

Trastorno orgásmico:

– La Ansiedad, el miedo a no cumplir con las expectativas, la necesidad de autoafirmación e incluso la inexperiencia… son algunas de las causas que pueden generar una eyaculación precoz. Mediante técnicas conductuales, se obtienen muy buenos resultados combinando técnicas (método “Parada – Arranque” de Semans o técnica de Squeeze son algunas alternativas) con terapias de focalización sensorial.

Problema de excitación en la mujer:

– En este caso, si bien la fase de excitación se produce de forma satisfactoria, pero no se consigue alcanzar el orgasmo. Puede que un exceso de control de la situación o por falta de atención en el acto, puede ser una de las causas de este problema. Mediante terapia sensorial es buena alternativa para conseguir llegar al orgasmo de manera satisfactoria.

Vaginismo:

– Cuando se produce dolor por falta de lubricación o hay una escasa dilatación de la vagina, se puede estar padeciendo Vaginismo. Este es el principal trastorno sexual asociado al dolor, que, una vez descartados problemas médicos y gracias a la terapia psicológica se consiguen mejorías casi en el 100% de los casos. Las Malas experiencias en los primeros intentos de penetración o conflictos morales son factores asociados en muchas ocasiones a los problemas del vaginismo.

Psicóloga

Laura Oliveros Nuñez

Laura Oliveros Nuñez

Licenciada en psicología por la UCM en 2002. Master en sexología.
Master en atención temprana y experta en psicomotricidad. Orientación cognitivo-conductual.

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